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ToggleLa igualdad de derechos entre hombres y mujeres en el ámbito laboral ha sido un tema de discusión y controversia durante décadas. A pesar de los esfuerzos normativos y legislativos que buscan garantizar una equidad real entre géneros, la discriminación laboral hacia las mujeres sigue siendo un problema persistente y arraigado en la sociedad.
Aunque las leyes prohíben cualquier tipo de trato desigual, existen diversas barreras visibles e invisibles que dificultan que las mujeres accedan y se mantengan en sus puestos de trabajo en igualdad de condiciones que los hombres. Estas desigualdades se ven exacerbadas en situaciones como el embarazo y la maternidad, lo que genera un entorno laboral desfavorable para muchas trabajadoras. Este artículo pretende profundizar en las distintas manifestaciones de la desigualdad de género en el ámbito laboral, con especial atención a la discriminación que sufren las mujeres en procesos de
selección, durante el embarazo, la maternidad y en otros aspectos de la relación laboral. Asimismo, abordaremos la respuesta legal y judicial ante estas situaciones y analizaremos un caso concreto de discriminación laboral que ha tenido repercusiones recientes: la sanción impuesta a la aerolínea Iberia
por exigir pruebas de embarazo a las candidatas a puestos de trabajo.
La normativa legal y la lucha por la igualdad laboral
El marco normativo en España y en muchos otros países establece claramente que no puede haber discriminación alguna por razón de género en el acceso al empleo, las condiciones laborales o la promoción profesional. La Constitución Española, en su artículo 14, consagra el derecho a la igualdad y a la no discriminación por razones de sexo. Asimismo, el artículo 35 establece que todos los ciudadanos tienen derecho a un trabajo digno y a una remuneración equitativa sin discriminación de género. A nivel más específico, el Estatuto de los Trabajadores, en su artículo 4, prohíbe expresamente cualquier forma de discriminación en el empleo y las condiciones laborales basadas en el sexo, garantizando la igualdad de trato y de oportunidades entre hombres y mujeres.
No obstante, a pesar de la solidez de este marco normativo, la realidad del mercado laboral sigue mostrando una notable brecha entre los derechos formales y las prácticas laborales diarias. La desigualdad se manifiesta de diversas formas, algunas más visibles, como las diferencias salariales entre hombres y mujeres, y otras más sutiles, como las barreras que enfrentan las mujeres para ascender a puestos de mayor responsabilidad o la exclusión que sufren en ciertos sectores tradicionalmente masculinizados.
La discriminación laboral durante el embarazo y la maternidad
Uno de los factores más críticos en la desigualdad laboral de género es el tratamiento que reciben las mujeres durante el embarazo y la maternidad. A pesar de que la normativa prohíbe cualquier tipo de discriminación en estas circunstancias, muchas empresas adoptan medidas que perjudican a las trabajadoras que se encuentran en estado de gestación o que han dado a luz recientemente. La discriminación puede manifestarse de distintas maneras, desde el despido injustificado hasta la imposición de barreras para que las mujeres puedan reincorporarse a sus puestos de trabajo tras el permiso de maternidad.
Según datos de la Unión General de Trabajadores (UGT), cada año, miles de mujeres en España son despedidas o enfrentan medidas sancionadoras durante el embarazo o tras la maternidad. Aunque la ley establece la nulidad de cualquier despido relacionado con el embarazo o la maternidad, muchas empresas recurren a fórmulas como el despido disciplinario para enmascarar una verdadera discriminación por género. Este tipo de situaciones no solo son profundamente injustas, sino que también perpetúan la desigualdad estructural en el ámbito laboral. Las mujeres, al verse penalizadas por su capacidad
reproductiva, enfrentan mayores dificultades para mantenerse activas en el mercado laboral y para conciliar su vida profesional con la familiar, lo que genera una perpetuación de roles tradicionales de género.
Caso Iberia: el test de embarazo como barrera de acceso
Un caso paradigmático de discriminación laboral que ha generado gran repercusión en los medios en los últimos años es el de la aerolínea Iberia. En 2017, la Inspección de Trabajo de Baleares sancionó a la compañía aérea con una multa de 25.000 euros por exigir a las candidatas a puestos de azafata que se sometieran a un test de embarazo como parte del proceso de selección. Esta práctica fue considerada una infracción muy grave, ya que constituye una discriminación directa por razón de sexo.
La sanción fue el resultado de una denuncia presentada por los sindicatos, que alertaron de que Iberia estaba exigiendo esta prueba a las mujeres que optaban a puestos de trabajo en la compañía. Según los hechos recogidos por la Inspección de Trabajo, las aspirantes debían someterse a un reconocimiento médico que incluía la realización de un test de embarazo. Iberia justificó esta medida argumentando que se trataba de una práctica de prevención de riesgos laborales, pero la Inspección concluyó que dicha prueba era discriminatoria, ya que suponía una barrera adicional para las mujeres que deseaban acceder a estos puestos. La resolución de este caso fue clara: no se puede exigir a una mujer que revele si está embarazada como condición para acceder a un puesto de trabajo, ya que esto vulnera su derecho a la igualdad y supone una discriminación directa por razón de género. Además, la sentencia subrayó que la normativa laboral española prohíbe cualquier tipo de medida que limite el acceso al empleo en función del estado civil, familiar o reproductivo de las personas.
La persistencia de la discriminación en otras áreas laborales
El caso de Iberia es solo uno de muchos ejemplos que demuestran cómo la discriminación de género sigue presente en el ámbito laboral. Aunque el acceso al empleo es una de las áreas donde más claramente se manifiestan estas desigualdades, las mujeres también enfrentan discriminación en otros aspectos de su vida laboral. Entre ellos, destacan:
- Discriminación salarial: A pesar de los avances en igualdad salarial, las mujeres siguen ganando menos que los hombres por el mismo trabajo en muchos sectores. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la brecha salarial en España es del 14,9%, lo que significa que las mujeres ganan,
de media, un 14,9% menos que los hombres por el mismo trabajo. Esta diferencia aumenta en sectores donde predominan los hombres y en puestos de alta responsabilidad. - Acceso a puestos de responsabilidad: Las mujeres enfrentan mayores dificultades para ascender a puestos directivos o de toma de decisiones. Aunque cada vez más mujeres acceden a puestos de responsabilidad, el llamado "techo de cristal" sigue siendo una realidad en muchas empresas, donde las mujeres están infrarrepresentadas en las cúpulas de dirección.
- Conciliación de la vida laboral y familiar: A pesar de los avances en la conciliación entre vida laboral y familiar, las mujeres siguen asumiendo una mayor carga de responsabilidades familiares, lo que limita su disponibilidad para el empleo. En muchos casos, las mujeres deben optar por jornadas reducidas o por empleos menos remunerados para poder atender a sus responsabilidades familiares, lo que genera una desigualdad estructural en el mercado laboral.
- Movilidad geográfica y sanciones disciplinarias: Muchas empresas aprovechan situaciones de movilidad geográfica o aplican medidas sancionadoras de manera desigual para perjudicar a las trabajadoras. En muchos casos, se ocultan motivos discriminatorios bajo el pretexto de reestructuraciones o necesidades operativas, afectando desproporcionadamente a las mujeres, especialmente a aquellas que tienen responsabilidades familiares o que están embarazadas.
La respuesta judicial y las vías de defensa para las trabajadoras
Ante este panorama, es fundamental que las trabajadoras conozcan sus derechos y las vías legales que existen para defenderse de la discriminación laboral. La ley española establece mecanismos para proteger a las mujeres frente a estas prácticas, y las sentencias judiciales han ido consolidando un cuerpo jurisprudencial que refuerza la igualdad de género en el ámbito laboral. En casos de despido durante el embarazo o la maternidad, la ley presume que dicho despido es nulo, salvo que la empresa demuestre que existen causas objetivas o disciplinarias que justifiquen la decisión. Si se demuestra que el despido es discriminatorio, la trabajadora tiene derecho a la readmisión en su puesto de trabajo y a recibir una indemnización por los daños sufridos.
Asimismo, en casos de discriminación en el acceso al empleo, como el ocurrido con Iberia, las empresas pueden ser sancionadas con multas económicas y obligadas a eliminar las prácticas discriminatorias.
Conclusión
A pesar de los avances normativos y las sentencias judiciales que han sancionado la discriminación laboral de género, queda mucho por hacer para lograr una igualdad real en el ámbito laboral. Las mujeres siguen enfrentando barreras significativas para acceder a empleos en igualdad de condiciones con los hombres, especialmente en situaciones relacionadas con el embarazo y la maternidad.
Es esencial que tanto las trabajadoras como la sociedad en su conjunto se mantengan vigilantes ante cualquier manifestación de discriminación laboral y que se utilicen todas las herramientas legales disponibles para combatir estas prácticas. Solo a través de la acción conjunta de las instituciones, las empresas y la ciudadanía será posible construir un mercado laboral más justo y equitativo para todos.