Mercadona lleva a cabo un despido a un empleado por comprar cuatro bandejas de pollo, cuyo precio se había rebajado él mismo

José Francisco Sánchez se ahorró 1,51 euros aplicando un descuento por encima del permitido sobre un producto que se iba a descartar. La empresa explica que el abuso de confianza y la vulneración de su convenio sobre compra de productos es una falta “muy grave” y objeto de despido.

El 12 de septiembre, adquirió las carcasas que estaban destinadas a ser desechadas esa misma noche

Las bandejas tenían un descuento excepcional del 50%, que él mismo había aplicado, por lo que adquirió el producto a 1,25 euros por kilogramo en lugar de los habituales 2,50 euros por kilogramo. En lugar de abonar 5,02 euros, pagó solo 2,51 euros por el total. Parecía no darse cuenta de la seriedad de su acción, ya que incluso bromeó con la cajera, mencionando que los perros adoran las carcasas. El 16 de septiembre, la empresa le entregó la carta de despido, argumentando un evidente intento de lucro y aprovechamiento de ese precio privilegiado que usted mismo se otorgó.

José Francisco estaba cubriendo el turno de tarde de dos secciones debido al descanso de una compañera. Al llegar, se dio cuenta de que había varios productos que tenían que ser descartados al final de la jornada, aún más siendo sábado. Sánchez conforme iba acercándose la hora de cierre realizó la dinámica habitual: ofrecer descuentos con liquidación. Pero, cometió un error que le costó el trabajo. En vez de aplicar el descuento habitual del 20%, rebajó al 50% unas carcasas de pollo. Dichas carcasas costaban 5,02€ y pasaron a costar 2,51 euros.  Si hubiese aplicado el descuento normal, el precio
hubiese sido 4,02 euros.

En la carta de despido no se mencionan faltas anteriores, tan solo recoge el incidente de las carcasas de pollo

El empleado es acusado de reducir deliberada y premeditadamente el precio de cuatro bandejas de pollo rural a un 50%, lo cual se considera un incumplimiento muy grave de los procedimientos. Además, se revela que los productos que marcó con descuento fueron adquiridos por él al finalizar su turno. En la carta, Mercadona deja claro que la práctica de productos está prohibida y que los empleados están al tanto de ello. Sin embargo, más adelante reconoce que existe una excepción para aplicar descuentos para clientes, limitados al 20%. Para cualquier otra actividad fuera de esos límites, se requiere la aprobación de la coordinadora de planta.

La empresa enfatiza que acciones como las mencionadas anteriormente no pueden ser toleradas

La empresa se basa en su normativa interna y en el artículo 33 C del convenio con sus empleados, el cual establece que el fraude, la deslealtad y el abuso de confianza se consideran faltas muy graves. Esto incluye acciones como robo, hurto o malversación contra la empresa, compañeros de trabajo o cualquier persona dentro o fuera de la misma, sin importar el valor. También se equipara el consumo de productos sin pagar, la venta o cobro a uno mismo o a
familiares, la apropiación indebida de productos destinados a ser desechados, el uso del código de otra persona en las cajas registradoras, la revelación del propio código a terceros y cualquier violación de los procedimientos de la empresa relacionados con la venta de productos en la tienda.

La empresa justifica el despido del trabajador enfatizando que infringió el método de venta de productos, a pesar de estar formado en los procedimientos de la sección, incluida la liquidación de productos, y lo hizo en su propio beneficio. Esta acción se considera una falta muy grave según el convenio de la empresa, con sanciones que incluyen la suspensión de empleo y sueldo o el despido. La empresa optó por el despido, argumentando un incumplimiento grave y culpable, falta de buena fe y abuso de confianza.

El empleado, que ha estado en la empresa desde 1993 y ha ocupado varios roles, incluyendo el de coordinador, sostiene que su despido es desproporcionado y argumenta que la práctica de liquidación de productos se realizaba comúnmente hasta hace poco tiempo. Afirma que no estaba al tanto del cambio en el método y resalta que otros casos similares no han sido castigados con tanta severidad. Además, menciona conflictos con una nueva coordinadora y
amonestaciones previas por incidentes menores.

El ex empleado planea impugnar su despido, buscando su readmisión y argumentando que el despido es improcedente.

Nuestro abogado, Alejandro García sugiere que la empresa utiliza el despido disciplinario para evitar los costos de despedir a un empleado con tanta antigüedad. Presentamos una solicitud de conciliación buscando la nulidad del despido y su readmisión, o en su defecto, que se declare como improcedente y se le otorgue una indemnización por vulneración de derechos fundamentales.

«Lo único que quiero es conservar mi empleo. Tengo 51 años y tres hijos en edad escolar. Mi salario es la única fuente de ingresos en casa» -lamenta-.

Cometer errores puede resultar en advertencias o incluso en días de suspensión sin sueldo. Pero la falta de proporcionalidad es evidente aquí. Nadie puede cuestionar mi confiabilidad por un simple error con unas bandejas de pollo. Mercadona, por su parte, alega que las normas son claras y conocidas por todos. Para este comportamiento la sanción es el despido, señala la empresa.

×